La preocupación
La preocupación es como una cadena de pensamientos e imágenes cargadas de afecto negativo y relativamente incontrolable que representa un intento por implicarse en la resolución mental de un asunto cuya ocurrencia en el futuro es incierta pero contiene la posibilidad de uno o mas resultados negativos. En la preocupación nos encontramos con dos tipos , uno el cognitivo y el otro afectivo.
Estos conducen a pensamientos no constructivos que se vinculan con una fuente de ansiedad. La preocupación en general es una experiencia que todos nosotros compartimos cuando nos enfrentamos a una situación estresante, pero si esta se convierte en algo predominante, incontrolable y crónico, acaba transformándose en ansiedad generalizada.
La ansiedad surge junto a una activación de nuestro cuerpo para hacer frente a una amenaza , luchando o huyendo. La preocupación se incluye en la actividad cognitiva que prepara la reacción al peligro. Por tanto , la preocupación asociada a la ansiedad es un factor que interviene en el enfrentamiento de cualquier amenaza. Por eso se puede detectar frecuentemente en cualquier persona que presente un trastorno de ansiedad.
Todos los que padecen trastorno de ansiedad generalizada se preocupan de eventos con baja probabilidad y lo hacen de forma continua pero el 91% de las cosas que nos preocupan nunca suceden. Estamos programados para preocuparnos, para anticiparnos a los peligros y ser capaces de generar un plan B en caso de que lo que nos da miedo que pase termine ocurriendo.
El psiquiatra norteamericano William Samuel Sadler describió la preocupación como una incapacidad para relajar la atención sobre algo que nos produce miedo. La preocupación no es buena ni mala por si misma, de hecho es una capacidad que nos ha permitido llegar hasta aquí. Sin el estrés, la alerta o la preocupación ante una amenaza no hubiéramos sobrevivido. Pero se convierte en negativo cuando va más allá , cuando magnificamos problemas que no lo son y hacemos un huracán de una simple gota de agua. También podemos crear una amenaza inventándola mentalmente, por ejemplo una paciente había tenido un problema de alergias con un jabón y fue tanto su miedo a volver a padecerlo que se invento mentalmente que con cualquier jabón o crema podría volver esa alergia entonces sentía terror al ponerse crema al grado de que si la crema le tocaba la piel entraba en ataque de ansiedad y eso la hacia estar en estado alerta todo el tiempo.
La conciencia plena (Mindfulness) es importante si quieres aprender a controlar tus pensamientos, es plenamente factible utilizar estas técnicas en la terapia ya que se emplean para potenciar la aceptación de nuestras experiencias internas ya que con ellas se pretende un distanciamiento de los pensamientos, sensaciones, sentimientos y emociones aprendiendo a observarlos sin actuar automáticamente.
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